martes, 29 de mayo de 2007

DIEZ MANDAMIENTOS PARA DOCENTES

Los diez mandamientos de las relaciones humanas

Si pone en práctica estos sencillos consejos, mejorará sus relaciones con los alumnos y sus compañeros maestros.

Hable con sus alumnos. No hay nada más agradable que un saludo entusiasta.

Sonría a las personas. Se necesitan mover 65 músculos para hacer mala cara y sólo 15 para sonreír.

Llame a los alumnos por su nombre. No hay música más dulce a los oídos que escuchar su propio nombre.

Sea amigable y cooperador. Para tener amigos, hay que ser un buen amigo.

Sea cordial. Hable y actúe como si cada cosa que hiciera le causara un gran placer.

Interésese genuinamente por los demás. Todos te pueden llegar a caer bien..., si te esfuerzas.

Sea generoso en elogiar y parco en criticar.

Tome muy en cuenta los sentimientos de los demás. Te será grandemente reconocido.

Tome en cuenta las opiniones de los demás. Hay tres puntos de vista en cada controversia: el suyo, el del otro y.. el correcto.

Esté atento a prestar un servicio. Lo que más cuenta en esta vida es lo que hacemos por los demás.

4. Fabricantes de autoestima (c)

Objetivos:Estrategias que los maestros pueden usar para ayudar a levantar la autoestima de sus alumnos.

Estrategias:

Utilice los nombres de sus alumnos.

Salúdelos de mano.

Platique con cada uno de ellos.

Proporcióneles diferentes maneras de lograr el éxito en sus clases.

Exponga los trabajos de sus alumnos.

Dé a cada alumno una responsabilidad dentro del grupo.

Dé oportunidad que personas ajenas valoren los trabajos de sus alumnos.

Tómese el tiempo necesario para resaltar lo positivo del trabajo de sus alumnos.

Nunca critique una pregunta de sus alumnos.

Tome el tiempo que se necesite para ayudar a sus alumnos "lentos" a comprender el material.

Trate de conocer la vida de sus alumnos fuera de la escuela.

Pregunte a sus alumnos sobre sus otras actividades (Ejemplo: "¿Cómo estuvo el juego de volibol, Leticia?"

Ayude a sus alumnos a convertir los fracasos en oportunidades de aprender.

Anime a sus alumnos a arriesgarse.

Brinde a sus alumnos las oportunidades de tomar sus propias decisiones acerca de algunos aspectos de su clase -quizá qué tipo de material usar, qué colores emplear, etc.

No haga suposiciones sobre el comportamiento de sus alumnos.

Permita que sus alumnos sufran las consecuencias de su comportamiento -no sea paternalista.

Permita a sus alumnos explorar nuevas opciones en diferentes situaciones.

Festeje los éxitos de sus alumnos, no importa lo pequeños que sean aquellos.

H. Luis A. Dávalos Valadés

miércoles, 16 de mayo de 2007

VAMOS AL GRANO

Pronto tendrás oportunidad de poder acceder a las primeras páginas Espero que les sean de gran utilidad.Por ahora puedes disfrutar de este regalo que alguien me envió y que gentilmente les invito a compartir..

El Violín Desafinado.

Esta historia es sobre un hombre que reflejaba en su forma de vestir la derrota, y en su forma de actuar la mediocridad total.

Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria. Este hombre, sucio y maloliente, tocaba un viejo violín. Frente a él y sobre el suelo colocaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de su condición y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa.

El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era del todo imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento, y a la forma displicente y aburrida con que tocaba ese violín.

Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente al mendigo musical. Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes. Y no pudieron menos que reír de buena gana.

La esposa le pidió, al concertista, que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo, y decidió hacer algo.

Le solicitó el violín. Y el mendigo musical se lo prestó con cierto resquemor.

Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y entonces, vigorosamente y con gran maestría arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo.

Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto había una pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto. La boina se llenó no solamente de monedas, sino de muchos billetes de todas las denominaciones, mientras el maestro sacaba una melodía tras otra, con tanta alegría.

El mendigo musical estaba aún más feliz por ver lo que ocurría, y no cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos: "¡¡Ese es mi violín!!, ¡¡Ese es mi violín!!". Lo cual, por supuesto, era rigurosamente cierto.

En la vida todos tenemos "un violín": Son nuestros conocimientos, nuestras habilidades y nuestras actitudes. Y tenemos libertad absoluta de tocar "ese violín" como nos plazca.

Se nos ha dicho que Dios nos concede libre albedrío, es decir, la facultad de decidir lo que haremos de nuestra vida. Y esto, claro, es tanto un maravilloso derecho, como una formidable responsabilidad.

Algunos, por pereza, ni siquiera afinan ese violín. No perciben que en el mundo actual hay que prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente actitudes si queremos ejecutar un buen concierto.

Pretenden una boina llena de dinero, y lo que entregan es una discordante melodía que no gusta a nadie. Esa es la gente que hace su trabajo de la forma: "ahí te va...", Que piensa en términos de "me vale...", y que cree que la humanidad tiene la obligación de retribuirle su pésima ejecución, cubriendo sus necesidades.

Es la gente que piensa solamente en sus derechos, pero no siente ninguna obligación de ganárselos.

La verdad, por dura que pueda parecernos, es otra. Tú y yo, y cualquier otra persona, tenemos que aprender tarde o temprano, que los mejores lugares son para aquellos que no solamente afinan bien ese violín, sino que aprenden con el tiempo también a tocarlo con maestría. Por eso debemos estar dispuestos a hacer bien nuestro trabajo diario, sea cual sea. Y aspirar siempre a prepararnos para ser capaces de realizar otras cosas que nos gustarían.

La historia está llena de ejemplos de gente que aún con dificultades iniciales llegaron a ser buenos concertistas con sus violines (sus vidas). Y también, por desgracia, registra los casos de muchos otros, que teniendo grandes oportunidades, decidieron con ese violín, ser mendigos musicales.

La verdad es que Dios nos concedió "libre albedrío". Tú puedes hacer algo grande de tu vida, o hacer de ella una miseria. Esa es tu decisión personal.

Y para agregar algo más a esta historia, quiero dar una buena noticia:

Si alguien, por razones diversas, sean cuales sean, ya no es capaz de afinar su propio "violín", yo le aseguro que al igual que ese famoso violinista afinó el violín del mendigo, Dios está en la mejor disposición de afinar y sacar armoniosas melodías de tu vida. ÉL está tan cerca de ti como una palabra salida por tu boca, pero de lo profundo de tu corazón, expresándole tu necesidad, y deseo de cambiar.


Cómo docentes: ¿Nos esforzamos por afinar las cuerdas de nuestro violín ?

Espero tus comentarios


martes, 15 de mayo de 2007

ATENCION COLEGAS Y FUTUROS MAESTROS

Este espacio está diseñado como un sitio de encuentro que permita compartir exitosas experiencias de aprendizaje desde NB1 a NB6 , el el Subsector de Lenguaje y Comunicación . El tiempo como docentes es nuestro mayor enemigo al intentar hacer innovaciones pedagógicas. Sin embargo, no tenemos para que reinventar la rueda. Existe un caudal de información que con humildad podremos compartir. Les invito a revisar este espacio, que sin lugar a dudas nos permitirá enriquecer nuestro quehacer docente